jueves, 22 de diciembre de 2011

Grudzień


Słowo Diciembre (hiszp. Grudzień) pochodzi od łacińskiego „Decem” i oznacza „dziesięć”, ponieważ był kiedyś dziesiątym miesiącem roku. Polski „Grudzień” wywodzi się od słowa „gruda” i odnosi się do zamarzniętej ziemi.

Nazywany „Detsember” w języku estońskim, „decembro” w esperanto, „prosinec” po czesku lub „Tlamahtlācōnti” w języku nahuatl, jest miesiącem wyjątkowym w rozmaitych kulturach. Wiele niezwykłych zdarzeń miało miejsce w tym właśnie okresie. Koniec miesiąca zaznaczony jest silnym akcentem chrześcijańskim, podczas którego zwyczaje kultywowane przez tysiąclecia pozwalają wyłonić się tej części naszego życia, która zwykle pozostaje ukryta.



1-Świąteczni żołnierze

W grudniu 1914 roku, na froncie brytyjsko-niemieckim trwała rzeź. Była to wojna pozycyjna, ponieważ żołnierze poruszali się najpierw kilkaset metrów na wschód, a później na zachód. Odległość zależała jedynie od narastających wciąż gór ciał. Nocą 24 grudnia, w regionie Ypres, w aktualnej Belgii, Niemcy zaczęli dekorować swoje okopy ozdobami świątecznymi. Później śpiewali kolędy, których dźwięki docierały do wszystkich. Odpowiedział im chór kolędników po drugiej stronie drutu kolczastego. Brytyjczycy wykrzyczeli pozdrowienia Niemcom, a Niemcy Brytyjczykom. Tak spędzili tę noc, wypełnioną życzeniami świątecznymi i pieśniami o Dzieciątku Jezus.  Wtedy ktoś zaproponował spotkanie między rzędami rowów. Nastrój sprawił, że wyszli z okopów żeby razem świętować. Przynieśli wszystkie swoje drogocenne rzeczy – trochę likieru, czekolady, nawet wymieniali się adresami.

Ten rozejm rozprzestrzenił się na całym obszarze. Nie było słychać armat i wystrzałów. Obie strony zgodziły się, aby przekazać ciała poległych towarzyszy. Niektórzy zostali pochowani w tym samym miejscu między wykopami. Tak niemieccy, jak i brytyjscy żołnierze, zastygli pełni szacunku, podczas gdy odczytywano fragmenty Biblii.

Następnego dnia także nie było wystrzałów. Na wielu kilometrach okopów, żołnierze obu stron wciąż rozmawiali i jednoczyli się. Dowiedzieliśmy się z listów brytyjskich i germańskich, o co najmniej jednym meczu piłki nożnej. Listy te zgadzają się co do ostatecznego wyniku (jeśli kogoś on interesuje) było trzy do dwóch dla Niemców. Mimo, że oficjalnie temu zaprzeczono, wielu uzbrojonych żołnierzy, zgodziło się na wymianę współrzędnych, by można było strzelać bez szkody dla nikogo.
Tak więc Drugiego Dnia Świąt, znów słychać było wystrzały, ale nie czyniły nikomu krzywdy. Nie chciano, by wyżsi rangą dowiedzieli się o tym, że żołnierze już nie mieli ochoty walczyć. Że już nie potrafili walczyć. Trudno przerwać bitwę w środku wojny, ale jeszcze trudniej jest wrócić do niej po spotkaniu twarzą w twarz z wrogiem.

Ta sytuacja była tak skomplikowana, że po wielu tygodniach, a nawet miesiącach bez ofiar, generałowie brytyjscy i niemieccy zdecydowali się usunąć żołnierzy i w ich miejsce wysłać innych. Świąteczni żołnierze zostali skierowani na inne fronty, gdzie mogli prowadzić wojnę bez poczucia winy.
Tę historię opowiadano wielokrotnie, zrobił to na przykład Paula MacCartney’a w jego piosence i teledysku „Fajki pokoju”.




 W listopadzie 2008 roku spotkali się w tym samym miejscu żołnierze z tamtych bitew, którzy walczyli i przestali walczyć zimą czternastego roku. Z pomocą swoich synów i wnuków odegrali nowy mecz piłki nożnej. Należy powiedzieć, że znów wygrali Niemcy.
Żołnierze wymienili się prezentami, niektóre były związane z ich wojskową historią.
Piłka, której użyto tego dnia została podpisana przez graczy i znajduje się teraz w muzeum Militärhistorisches Museum der Bundeswehr de Dresden, w Niemczech.



omar miguel soto
tłum. K.Żymańczyk





martes, 20 de diciembre de 2011

Kaliningrado, la puerta a Rusia


Mientras viajaba por Europa, varias personas me hablaron de Rusia, y sobre todo de lo difícil que era conseguir una visa para poder entrar al territorio. Pero yo recordaba que hacía poco tiempo, la República Argentina y la Federación Rusa habían realizado un convenio sobre el tema. No perdí más tiempo y fui a la embajada rusa en Poznan. Al mostrar mi pasaporte me atendió un señor que me dijo en inglés, que al ser ciudadano argentino, solo debía mostrar mi pasaporte para entrar a su país. Fue una grata sorpresa, ciertamente.
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Unos días después, me encontraba cruzando la frontera en el Oblast (provincia) de Kaliningrado. Es la zona más occidental de la Federación, y hasta 1945 se llamaba Köningsberg. Fue durante siglos, un territorio polaco, lituano-polaco, prusiano y alemán, de acuerdo a los tiempos que corriesen. Luego de que Alemania perdiera la guerra, pasó directamente a manos soviéticas. Entonces se transformó en la puerta blindada de los eslavos. Allí estuvo asentada la flota soviética del Báltico. La temida defensa marítima que con su sola presencia, impedía cualquier maniobra occidental en las inmediaciones.
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Hoy, en 2011 (casi 2012) la ciudad es un centro cosmopolita conformado por personas de toda la ex Unión Soviética. Al finalizar la guerra, la ciudad estaba en ruinas y fue necesario repoblarla. Para ello, llamaron gente de todos los rincones de las Repúblicas. Es común ver en las calles, mujeres rubias de un metro noventa, como personas de cara mongol. En toda Europa, es el lugar con mayor riqueza étnica que he visto. Un argentino puede pasar por ruso tranquilamente en Kaliningrado.
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Antes de viajar, me contacté con una persona de la ciudad: Liudmila. Ella es una estudiante de la lengua castellana y me llevó a recorrer la ciudad. Gracias a ella conocí una gran comunidad de rusos que aprenden nuestro idioma, por lo que mi estadía en el lugar, fue casi en su totalidad, hablada en castellano. También fui a un pub llamado “Reporter” que es propiedad de unos cubanos que viven en la ciudad desde hace unas décadas. El local tiene una gran vida cultural, cada noche hay distintos músicos que tocan para la variada concurrencia.
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De la herencia alemana en la ciudad, solo recuerdo un sobreviviente: Immanuel Kant. Es famosa la anécdota que dice que la gente del lugar, para saber que hora era, esperaban a que pase Kant desde su casa. Siempre lo hacia a la misma hora, sin margen de error. En varios lugares vi su estatua, como también placas que recordaban algún hecho importante en su vida. Su tumba se encuentra en una isla (la Isla de Kant) en medio de la ciudad. Allí se encuentra una hermosa catedral, donde además de recibir a los fieles, también se puede presenciar conciertos de órgano o música clásica. Allí fuimos a un concierto de la filarmónica local, que interpretó una obra de Beethoven. Me acompañó Olga, una chica de Kazajistán, que entendía perfectamente el castellano, pero solo me hablaba en inglés. Creo que era muy tímida para hablar en nuestro idioma.
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Cada noche salíamos a un lugar distinto, y conocí gente de distintos países del ex bloque soviético. Estuve con personas de Rusia, claro; y también de Lituania, Letonia, Kazajistán, Ucrania o Bielorrusia. Un asunto interesante fue que ellos no se consideran europeos, sino rusos. Me hizo acordar un poco a nosotros mismos. Que muchas veces no nos vemos como sudamericanos sino argentinos. Y en el sur, somos patagónicos primero, luego argentinos. Ese orgullo por la identidad nacional me resultó muy agradable. Algo que se ve más diluido en la Europa occidental, donde el pasado de nacionalismo brutal, ha dejado muy manchada la idea del amor a la patria.
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Un día lo usamos únicamente para visitar dos lugares emblemáticos de la ciudad: el puerto y el Museo del Ámbar.
En el otrora secreto puerto de Kaliningrado, ahora se pueden ver expuestos varios navíos y submarinos soviéticos. En la entrada del puerto, es posible ver una estatua gigante depatrono de la ciudad con una iglesia en una mano y una espada en la otra.
Uno de los barcos fue usado en los mares del norte, para hacer investigaciones científicas. Ahora es un museo sobre la historia marina. Es una embarcación hermosa con un tema distinto en cada camarote.
El submarino que está a libre a las visitas, es uno con motor diesel y tamaño mediano. Fue usado hasta fin de los ochentas en las costas del Mar del Norte y en la zona de Vladivostok, casi en frente de Japón. El submarino parece congelado en el tiempo, cada pequeña habitación se ve como si sus ocupantes hubieran salido hace un minuto. En la entrada uno puede ver la maqueta del submarino, junto al resto de la flota soviética. En un lado están los lanzatorpedos, cada uno con la estrella comunista pintada. El pasillo principal pasa a través de las distintas cámaras; donde trabajaba el capitán, la zona de oficiales y los camarotes de los marineros. Al pie de uno de ellos, hay trajes de buzos para distintas profundidades y otros elementos de la vida submarina.
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En la zona exterior de donde están ubicados el submarino y el barco, hay varios minisubmarinos que fueran utilizados para investigación. Se ven muy similares a los vistos en películas o programas de documentales. Poseen una espera frontal y varios brazos mecánicos para operar bajo el agua.
Luego, fuimos al Museo del Ámbar, uno de los pocos museos del mundo sobre este material y con un tamaño tan importante.
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Entre los primeros registros de esta zona del mundo, que hay por parte de occidente, están los datos de los romanos sobre el ámbar. Esa fue la razón por la cual se abrieron los primeros caminos al mar Báltico. Con el tiempo, la industria del ámbar creció hasta dar forma a varias ciudades, como Kaliningrado, Liepaja en Letonia o Gdansk en Polonia. El edificio es parte de las fortificaciones que rodea la ciudad, y que en algunas partes se encuentran casi intactas. En el interior y en varias plantas, se pueden apreciar varios siglos del arte del ámbar. Algunas de estas joyas fueron usadas por la familia del Zar y por las señoras de los comerciantes más importantes. Es tal la cantidad de alhajas, colgantes, aros, etc. que no alcanza un solo día para admirar todo lo allí expuesto.
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Durante todo el viaje por Kaliningrado, pude ver esa mezcla de lo nuevo y lo antiguo. Mi estancia la pasé en la calle Gagarin, zona estudiantil y cada día pasaba por el centro histórico, con la Plaza de la Victoria y la Iglesia ortodoxa. Luego de mis días en tierras rusas, solo pienso en volver pronto a visitar a los amigos que dejé allí. Todo aquel que quiera conocer como es la vieja y la nueva Rusia, le recomiendo esta bella ciudad. No saldrá decepcionado.
.omar miguel soto.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Polski ksiądz i narodziny miasta





Powierzchnia Patagonii jest porównywalna z połową powierzchni Europy. Na jej środku, tuż przy Atlantyku, znajdujemy jej największe miasto: Comodoro Rivadavia. Zostało założone w 1901 roku, jako miasto portowe; jednak szybko zdano sobie sprawę, że nigdzie wokół nie było wody. Mieszkańcy znajdowali się na środku ogromnej pustyni.

W roku 1906, z Buenos Aires została wysłana maszyna wiertnicza, wraz z grupą inżynierów mających za zadanie odnalezienie wody. Początkowo podjęli prace w środku wioski (liczącej pięćdziesiąt osób), gdzie dotarli do granicy głębokości zaleconej przez producenta. Niestety zniszczyli część mechanizmu, która musiała zostać zastąpiona nową. Później, po wielu miesiącach pracy, stało się jasne, że trzeba szukać w innym miejscu. Rezultat był jednak ten sam: nic.

Gdy już stracili nadzieję, spotkali księdza, który przejeżdżał przez wieś. Był to ojciec Dąbrowski, duchowny salezjański, który głosił Słowo Boże w dzikiej Patagonii. Zaprosili go na wieczerzę i spędził u nich noc. Następnego ranka, po wysłuchaniu historii zrozpaczonych wiertników, wpadł na pewien pomysł. Chciał zostawić coś mieszkańcom: postanowił pobłogosławić maszyny. Pracownicy przyjęli pomysł z wielkim ożywieniem. Musimy zrozumieć, że znajdowali się  2000 kilometrów od stolicy, w niegościnnym miejscu, co oznaczało tygodnie jazdy konnej. Z tej przyczyny pomysł ten został zrozumiany jako znak.

Ojciec Dąbrowski kontynuował swoją wędrówkę ku północy (wróci tu lata później, gdy miejsce to będzie zupełnie odmienione), a mężczyźni nadal wykonywali swoją syzyfową pracę, by ożywić martwą ziemię.
W grudniu 1907 roku, gdy inżynierowie sprowadzili maszyny najgłębiej jak mogli, dalej na niż pozwalały im na to ich nadzieje, usłyszeli osobliwy dźwięk. Stalowe wiertło natrafiło na coś dziwnego. Pracujący od wielu miesięcy bezowocnie ludzie zobaczyli strumień czarnej cieczy wytryskujący z wielką siłą. Nie rozumieli co się działo. Ciecz, która wypłynęła z tego miejsca była czarna -  inna niż się spodziewali. Znaleźli ropę naftową.

Nagle wszystko w kraju się zmieniło. Zaczęto tworzyć nowe prawa by móc rozporządzać tą strategiczną cieczą. Wielu ludzi z kraju i z Europy przyjeżdżało do Comodoro, by być częścią przemysłu naftowowego. Bardzo szybko liczba mieszkańców wzrosła z piedziesięciu osób, do stu a w późniejszym czasie nawet do kilkuset tysięcy. Wszyscy byli dziećmi tego nowego wynalazku.
Dziś dzieci z miasta poznają w szkole historię studni N2 i polskiego księdza, który ją pobłogosławił i nikt nie uważa tego za zbieg okoliczności.

W czasie wojen targających Europą, wiele osób przepływało Atlantyk w poszukiwaniu spokoju. Trzy główne państwa stanowiące ich cel to Stany Zjednoczone, Brazylia i Argentyna.

Na przestrzeni lat wzrosła ludność regionu, a wśród mieszkańców Comodoro znaleźli się oczywiście Polacy. I to właśnie oni byli jednymi z najbardziej aktywnych. Jedną z najważniejszych alei tego miasta jest Aleja Polska – to i inne rzeczy sprawiają, że miano Polski jest  stale obecne w życiu codziennym Comodoro.
A co w sprawie ojca Dąbrowskiego? Wrócił pewnego dnia by założyć Barrio Saavedra. Dzielnicę, moim zdaniem, najpiękniejszą,  pełną terenów zielonych i obszarów rekreacyjnych. Człowiek, który tchnął w to miasto życie, budował je dalej przez lata - u stóp góry, nad brzegiem oceanu. 




omar miguel soto
tłum. K.Żymańczyk


martes, 13 de diciembre de 2011

The polish priest and the birth of a city



The area of Patagonia has a size of half Europe. In the middle of it, by the Atlantic, we have its biggest city: Comodoro Rivadavia.  It was founded in 1901, to have a port in the area, but soon they realized they couldn’t get water from anywhere. They were in the middle of the desert.
In 1906, they sent from Buenos Aires a drilling machine with a group of engineers with the goal of finding water. So they started to work at once.
They tried in a first place, finding almost the limits of the recommended depth. One of the drilling parts was broken, so it was replaced. After some months, it was clear that it was necessary to find another place for drilling. They moved the machine to the other side of the big hill. The result was the same: nothing happen.
In the edge of hopes, the workers were organizing a meal when a priest arrived to the settlement. It was the father Dawbroski, a salesian spreading the word of God in Patagonia. He was invited to have the dinner and spent the night there. The morning after, after listening the whole story of this new town, he wanted to offer something: his bless to the machines.  Workers felt better after this, we must realized that, by then, it was a lone place, in the middle of desert and ocean. The capital it’s 2000 kms north, in those times without good roads, it took more than a week to reach it. So, this visit of a priest it was seen a sign.
Father Dawbrowski continued his way north (he would come back some years later to a very different place) and people continue with the sissify work of the drilling that dead ground.
Then, in December of 1907, engineers pulled the machine over the limits, their hopes and patient were over. Suddenly, the machine made a terrible sound. They started to smell something strange and they saw a thick jet of kerosene. People gathered by the machine, without understanding. Right then, came up from the hole the black liquid; they found petrol.   
Quickly everything changed. The Nation of Argentina started to make the new laws to rule the use of this strategic fluid. Many people from all country and Europe moved to this city to find a place in the oil industry. Soon, this place with 50 people, multiplied to hundreds, then thousands. Today it has something like 200 000 h. All of them, sons of these events. All kids of south of country learn about this history and the polish priest who gave the blessing, and nobody think it was coincidence.
With the wars in Europe, many people went to America to find a better place to start a life, and the three main countries were USA, Brazil and Argentina. So, for some decades, population of area was grown by many people from there, including polish. And polish citizens were some of the more active. One of the biggest avenues is the Avenida Polonia, which crosses the entire city. This and many others, are the print of polish culture in the city of Comodoro and makes this country in a constant and welcome presence.
And… what about father Dawbrowski? Well, he came back to city some years later, in the middle of the Petrol Boom. It was then when he made another adding and created the Saavedra Neighborhood, certainly my favorite one; full of green areas and sport places.



Pit N2 - 1907


typical view of area





Comodoro today


jueves, 1 de diciembre de 2011

Un comodorense en Varsovia

Un comodorense en Varsovia

La Ciudad Vieja, corazón de Varsovia


















Sabemos de Varsovia por varias películas, como El Pianista, o por eventos históricos como el Pacto de Varsovia y cosas por el estilo. Pero últimamente, es poco lo que escuchamos de aquellos lugares. Lo cierto es que esta zona del mundo sigue su camino y de forma vigorosa. Muchas cosas han pasado y casi nada llega a Argentina o Comodoro.

Desde hace más de un año, visito estas tierras y son muchas las cosas que me llaman la atención. La primera y más importante: lo bien que tratan a los latinoamericanos en Polonia. En ningún otro lugar he sido tan bien recibido como en las tierras de Chopin y Lech Walesa. Desde el primer día vi caras sonrientes por doquier. Ciertamente, tengo aspecto de "latino" como dicen en esta parte de Europa, por lo que es fácil que me reconozcan como no-polaco. Varías veces me han preguntado de donde soy:
-Soy de Argentina.
-Ahh... Argentina... Maradona.
Depende de la edad de quien pregunte, es Diego la primera relación que hacen con el país. Si la pregunta viene de alguien muy joven, me nombrarán a Messi. Que por cierto, aparece en publicidades en prácticamente todos los países que visité. Nuestros principales embajadores por el mundo son los futbolistas y luego el tango y Evita.

Lo primero que recuerdo de Varsovia, son sus calles. En muchas de ellas, ademas del hielo y nieve, vi con gran deleite como estaban hechas de piedras. Casi como los adoquines porteños. Algunas calles del ancho de las nuestras en Comodoro, pero otras son muy, muy estrechas. Tengo grabada una de ellas, donde solo podría pasar un coche, y tiene marcados los surcos por donde paran las ruedas de carruajes, en siglos pretéritos. Fue una sensación muy especial caminar por ellas. Pensaba yo, en todas personas que pudieron pisar esas mismas piedras: señoras elegantes, con grandes vestidos o caballeros de galera  quizás.

El segundo día en la capital polaca, lo usé para recorrer el centro. Gracias a una amiga local, fuimos a la Ciudad vieja (Stare Miasto) donde quedé boquiabierto debido a la belleza de los frentes de edificios. Calculaba que eran construcciones del Renacimiento, por el estilo. Pero Katarzyna me recordó que en 1945, el 95% de la ciudad había sido destruida por orden del Führer. Debido a que Varsovia se rebeló dos veces contra los nazis (una en el gueto judío y la segunda toda la ciudad) Hitler ordenó ir casa por casa y demoler completamente la ciudad: "Transformen la ciudad en un lago" fue lo que dijo textualmente. Y así lo hicieron. Cuando todo terminó, los polacos quisieron reconstruir su capital. Y durante algún tiempo estuvieron buscando en cada biblioteca, en cada álbum familiar, las fotos de como era Varsovia antes del paso de los alemanes. Buscaron planos de esos edificios y mandaron a traer, desde ciudades del sur, en la zona de los Cárpatos, frentes originales de edificios.
En unos pocos años, habían vuelto a la vida a la vieja ciudad. "Podrán destruir las paredes, pero no la cultura" Todo lo que uno puede admirar en esta Ciudad Vieja, vino de otras ciudades y pueblos, que sacrificaron un poco de sí, para restaurar la belleza de la capital.

Entonces encontré, lo que luego se transformaría en mi calle favorita de Varsovia: Nowy Swiat (Mundo Nuevo) es una calle no muy ancha, y de una decena de cuadras de largo, pero con todos los atributos para considerarse la más paqueta de la zona. Ahí es posible encontrar pubs de aspecto centenario o Monumentos a los personajes más ilustres; como el Copérnico en una plazoleta con el sistema planetario en las baldosas. O el Cristo que puede ser visto al principio de la película El Pianista. La primera vez que vi esta estatua, no reconocí quien era, ya que íbamos en un tranvía. Le pregunté a mi guía:
-¿Quién es ese tipo?"
-¿Tipo?- Me dice ella sorprendida.-¿No le has visto la cruz? Es Cristo.
Por cierto, lo más visible era la cruz y su mano apuntando hacia el frente.

Una cosa que me llamó la atención, fue el aspecto de los policías. Todos ellos, todos, son altos y musculosos. Quiero decir, los polacos son más altos que nosotros, por sobre el metro ochenta es lo normal, pero los policías son aun más grandes y doble ancho, por así decirlo. Con solo verlos uno quiere seguir al pie de la letra cualquier reglamento que pudiese existir. Katarzyna me explicó que en Polonia existe una selección sobre el destino de los policías. Existe una sola academia, en el este del país y desde ahí son enviados a distintas ciudades. Los mejores van a Varsovia, luego a Cracovia y así. Entonces, esos policías que pude ver, eran lo mejor de lo mejor del país. Un día, íbamos con unos muchachos bajando al subte, cuando vemos que estaba por irse. Trotamos o corrimos para alcanzarlo. En cuanto entramos, aparece de la nada uno de estos policías y comienza a hablarnos en un tono un poco alto, señalando un cartel en la pared. Ahí podía verse el dibujo de "prohibido correr". Los chicos asintieron con la cabeza y el uniformado dio media vuelta y se fue. Su mera presencia fue muy convincente.

Una noche, estábamos con varios amigos y comenzamos a tomar. Es muy normal tomar cerveza y vodka. Incluso las chicas toman vodka, mucho más de lo que yo podría tolerar. Pero uno de ellos se negó. Lo que me pareció curioso. Pregunté si era abstemio, y luego de la risa general (creo que eso no existe en Polonia) me dijeron que él debía manejar el vehículo luego. Es decir, quien maneja no bebe. Es una regla de oro. Desde entonces, presté mucha atención a esto, y nadie, en ningún momento, que fuera a conducir, se atrevió tomar una gota de alcohol. El reglamento sobre tomar y manejar es clarísimo y muy estricto. En Europa en general, donde las leyes están unificadas, se lo considera una falta grave, casi como un intento de homicidio. Ésta es una de las cosas que me gustaría que aplicásemos en Comodoro. Una reglamentación simple y sin excepciones sobre lo que es conducir. ¿Cuantas vidas salvaríamos?

Otra noche, fuimos a bailar en grupo. Fuimos a distintos pubs y boliches. Fue una noche digna de ser recordad, con las calles nevadas, adornos y luces navideñas por doquier. Otra cosas interesante, y que me hizo sentir como en casa, fue la música de los boliches, casi toda música ochentera.
El cambio entre pesos argentinos y zloty polaco (2011/2012) está a 1,3-1.00 a favor de ellos. Sin embargo, quien va con dinero patagónico, verá las cosas bastante baratas. Una cerveza en un pub está a 6 zl, (unos 7 pesos) Una comida en un restaurante, unos 40zl, depende que pida. Una noche en un hotel 3 estrellas, costará unos 90zl. Es decir, si lo comparamos con lo que gastamos en Comodoro, está muy accesible. Nosotros tenemos la mayoría de las cosas a precio de euro. Siguiendo con los precios, viajar desde la capital hasta la hermosa Cracovia, cuesta 50zl en un tren. Es un viaje de 5 horas. Para ellos, una eternidad.
Como suelen decir, para los americanos cien años es mucho tiempo, y para los europeos cien kilómetros es una gran distancia.

Varsovia ha sido una experiencia tan gratificante, desde todos los puntos de vista, que la he visitado varias veces. Cualquier excusa es buena para caminar sus callecitas, para subir a sus edificios y mirar, por un lado a la vieja capital y por otro, a la urbe moderna, cubierta de rascacielos. La gente, más allá de ser una capital, se muestra abierta y amable con el visitante. Es sin dudas, una de las ciudades que debe ser visitada en un viaje por Europa. Estamos acostumbrados a viajar por la Europa occidental, que por cierto tienen excelentes lugares por recorrer, pero también del otro lado hay maravillas que no deberíamos perdernos.



omar m. soto



Próxima ciudad: Kaliningrado, la puerta a Rusia.