martes, 9 de diciembre de 2008

Diciembre

La palabra Diciembre viene del latín Decem, que significa 10. Es que fue alguna vez el décimo mes del año.
Llamado Detsember en estonio, decembro en esperanto, prosinec en checo o Tlamahtlācōnti en nahuatl, es un mes especial en varias culturas. Varios hechos inusuales ocurrieron a causa de esta parte del almanaque. El cristianismo dejó una marca muy fuerte al final del mes, donde las costumbres acumuladas de varios milenios permiten a las gentes dejar aflorar, una vez al año, esa parte que permanece oculta.

2-El Papa Noel de los faros

En los años ‘20, el piloto William Wincapaw, ya era un veterano de la aviación. Había volado varias clases de aviones, incluyendo hidroaviones, en la zona noreste de Estados Unidos.
Varias veces debió volar en pésimas condiciones y no pocas veces su aeronave llegó a salvo a casa, debido a la guía invaluable de los faros, y por supuesto, de estas personas que los cuidan, día y noche, a cada momento del año. Estos vigías siempre tomaban la precaución, no solo de mantener en buen estado sus faros, sino también de seguir atentamente el andar de cada avión que pasaba por sus cercanías.
El capitán Wincapaw, bajó varias veces para conocerlos y charlar. Se sentía inmensamente agradecido por la labor de estos hombres y mujeres que permanecían tan alejados de todos para resguardar los vuelos de los pilotos del norte. Así fue que un día de diciembre de 1929, decidió hacer algo al respecto.
El día 25 de diciembre cargó su avión con varios paquetes que contenían: diarios y revistas, caramelos y chocolates. Cosas de la vida común para habitantes de la ciudad, pero un lujo invaluable para los habitantes de los faros de principio del siglo veinte. Así despegó hacia los faros distantes y comenzó a arrojar sus presentes, uno a uno. Volvió por la noche a su casa, sin saber cómo podrían haber sido recibidos estos gestos.
Algunos días después se enteró que las familias de los faros se sintieron por demás felices. No sólo por los objetos en sí, sino por ser recordados en un momento tan especial. El capitán Wincapaw se prometió que lo volvería a hacer el próximo año.
Así fue que comenzó a ampliar su recorrido a otros estados y algunos años después, s le sumó su hijo Bill. En los años ’30 visitaban un total de 91 faros por toda la costa.
En el año 1939, el capitan Wincapaw viajó a Bolivia, trabajando allí todo el año. Debido a esto, su hijo Bill sumó a uno de sus profesores para acompañarlo en los vuelos de navidad. En los años por venir, el joven Wincapaw consiguió auspiciantes y un avión mas grande. También se sumó la señora de su profesor, Anna-Myrle. Luego de un parate debido a la segunda guerra, continuaron con la tradición. Esta vez utilizaron, además de aviones, helicópteros. Aparatos mucho mas convenientes para tal fin. En julio de 1947, el capitan Wincapaw, de 62 años, tuvo un accidente con su avion y murió. A su funeral asistieron su hijo y esposa mas los guardias de faros con sus respectivas familias.
El profesor de Bill, Edward Snow, tomó su lugar y continuó con la misión de cada fin de año. Los años siguientes, él y su esposa ampliaron la cantidad de faros a 176. Incluyendo desde 1953 a la costa oeste.
En 1981, el señor Snow tenía una salud sumamente débil, pero el Museo de Salvavidas de Hull, les ofreció ayuda a él y su esposa Anna-Myrle. Así decidieron continuar las visitas de las formas que fueran posibles. En 1982 Snow falleció, dejando mas de 90 libros escritos, también fue profesor, historiador, fotografo, cazador de tesoros, veterano de guerra y papa noel.



A partir de la ayuda del museo, el nuevo piloto, George Morgan, realizó los viajes, ayudado por la hija de Snow. Desde mediado de los ‘80s, se creó el museo de “Papa Noel volador”. Casi en los 90s, la automatización de mucho de los faros comenzó a acotar los viajes. Ya que estos nuevos faros no necesitaban a nadie para funcionar. En estos ultimos años los nuevos Papa noeles, también empezaron a descender y encontrarse con los niños de los faros o pueblo de sus alrededores. En octubre de 2006, los “amigos del Papa Noel volador” colocaron una placa en honor del capitán Wincapaw en el Museo del Faro de Rockland. También estuvo presente su nieto, William Wincapaw 3ero.
Aún hoy, en 2008, los helicópteros del “Flying Santa” siguen realizando viajes en los pocos faros que siguen desperdigados por el norte de Estados Unidos. Los niños de estos lugares, siguen esperando, cada 25 de diciembre, al helicóptero y sus regalos. Seguramente, el capitán Wincapaw estará atento, en algún lugar, cuidando de sus pilotos.



http://www.flyingsanta.org/index.html

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